Os presento un ligero y delicioso pastel de zanahoria. Este es un pastel que se prepara en un momento y es ideal para “matar el gusanillo” cuando nos apetece algún postre dulce y no tenemos tiempo. Es rápido de hacer, muy fácil y os aseguro que el resultado es una auténtica delicia.
Ingredientes:
- 500 grs. de zanahorias
- 120 grs. de azúcar (podéis incrementar un poco la cantidad si queréis)
- 80 grs. de aceite girasol
- 3 Huevos
- 100 grs. harina de repostería
Elaboración:
Pela las zanahorias y corta en trozos. Pon con agua a hervir hasta que estén cocidas, (no hace falta que estén demasiado blandas porque luego van al horno).
Una vez cocidas escurre el agua de la cocción, reservando ½ vaso pequeño, el cual lo utilizaremos para triturarlas y que el puré no quede demasiado seco.
Una vez trituradas, añade el resto de ingredientes y bate.
Vierte sobre un molde previamente engrasado y hornea a 180º durante ½ hora o hasta que al pincharlo salga limpio.
Una vez esté fuera del horno y haya templado, puedes darle varios acabados. Si quieres, puedes optar por ponerle por encima una capa de chocolate fundido (el que venden para fondue). La otra opción, es ponerle una capa de azúcar tostada, es la que yo os he presentado en las fotografías. Para ello, echa una capa de azúcar por encima y quema con un soplete. Quedará en toda la superficie una capa crujiente que le dará un toque exquisito. Cualquiera de las dos opciones os aseguro que quedan fantásticas.
¡Servir frío y a disfrutar!